El Beato de las Huelgas es el último de los Comentarios fechados y el más grande de todos. Su original se conserva en The Morgan Library&Museum de Nueva York.
La cuestión de dónde se realizó sigue sin resolverse. No parece probable que fuera en el monasterio cisterciense femenino de Las Huelgas en Burgos porque no se conocen otras obras que se hicieran allí. Pero se encontraba en este monasterio cuando el padre Flórez lo estudió en 1720 y en él debió permanecer hasta su desaparición, posiblemente tras la desamortización de Madof de 1869.
En su colofón de 1220 se refiere al alto rango de la donante, de lo que no hay duda debido al tamaño y la calidad del manuscrito, decorado profusamente con oro y plata. Por parte de los investigadores hay dos versiones sobre quien fue esa dama que encargó la obra: podría tratarse de la reina Berenguela, hija mayor de los monarcas fundadores de las Huelgas, o de doña Sancha García, abadesa de Las Huelgas cuando se realizó el manuscrito.
Sus autores se basaron en el Beato de Tábara para su elaboración, al final de la obra copiaron su colofón y la iluminación de su torre-scriptorium. Se asocia al de Tábara en la composición de la mayoría de las miniaturas, aunque en este sentido, se parece más al Beato de Manchester ilustrado medio siglo antes.
El estilo no es uniforme porque participan tres ilustradores, dos de ellos pintaron también otras obras en Toledo, el mayor centro artístico de su época. El primero muestra cierta influencia del arte bizantino del siglo XII, presenta decorados arquitectónicos muy elaborados, con un tratamiento muy cuidado de los pliegues de las vestiduras y los cuerpos en escorzo. El segundo es el mismo maestro que pintó los frescos de la mezquita del Cristo de la Luz de Toledo, presenta un estilo de mayor calidad que destaca en los grupos de figuras con posturas variadas, de rostros expresivos y personalizados y una gran sensación de movilidad, como muestra la ilustración de “la mujer vestida de sol”, una de las más impresionantes de este Beato.