Beato de Osma

El Beato de Osma data de 1086 y se conserva en la Catedral de El Burgo de Osma. Sus caracteres paleográficos indican que el códice se realizó en el Scriptorium del monasterio de Sahagún, un importante centro de la reforma cluniacense.

No es de extrañar en estos años la presencia de clérigos francos en puestos claves, como el influyente monje benedictino Bernardo de Sauvetat, probablemente requerido por el rey Alfonso VI, que fue decisivo en la reforma eclesiástica y dirigió el monasterio como abad hasta el año 1086, cuando se le nombra arzobispo de Toledo.

Bajo su mandato como abad, reorganiza el Scriptorium convirtiéndose en fuente de nuevos códices y su dominante presencia en Sahagún tuvo su impacto en la producción de este Beato escrito por Petrus e iluminado por Martinus.

Se emplea por primera vez un claro estilo figurativo románico, mucho más creativo respecto a la iconografía tradicional. Pertenece a una rama que no adoptó los cambios introducidos en Tábara por Maius y carece de ese rasgo distintivo “mozárabe”.

Las figuras crean una ilusión de volumen y energía con fórmulas asociadas más a manuscritos francos, como el de Saint-Sever, que a ejemplos hispanos. Martinus rompe con la tradicional repetición de convenciones iconográficas introduciendo escenas y personajes del Apocalipsis habitualmente ignorados en anteriores Beatos, como la prostituta Jezabel o la “Victoria del Cordero sobre la bestia y los reyes de la tierra”, ejemplos de sus extraordinarias innovaciones iconográficas y de su espíritu reformador.

La inventiva de Martinus es más evidente en su interpretación del Mapamundi de un pasaje del Comentario original de Beato sobre la misión de los apóstoles por el mundo. Según Williams, es una versión mucho más rica por la sabiduría popular que incluye. Aparecen las cabezas de los apóstoles distribuidas sobre la faz de la tierra, pero la de Santiago lo hace en una estructura que representa el santuario de Compostela donde está enterrado, según la leyenda. Precisamente el monasterio de Sahagún era un hito importante en el Camino jacobeo y sin duda destacó como foco para la introducción y desarrollo del arte románico en España.

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