El Beato de Urgell se conserva en el Museo Diocesano de la Seo de Urgell al menos desde 1147 que ya aparece en el catálogo de libros de su biblioteca.
No incluye información sobre la fecha, patrono, escriba o lugar de creación, pero parece que lo realizó un solo ilustrador y está datado en el último tercio del siglo X. Pertenece a la misma tradición pictórica que los beatos de Morgan y de Valcavado, con el que tiene grandes analogías en la decoración de marcos y detalles de algunas miniaturas.
Tanto por su formato, como por los colores e iconografía empleados, la mayoría de los expertos lo atribuyen a algún scriptorium del reino de León, aunque por su tipo de estructura otros investigadores ven la posibilidad de que su origen esté en algún monasterio de La Rioja o Navarra.
Los contenidos pictóricos de los primeros cuadernillos son anómalos pues no incluye los frontispicios, habituales en las copias de esta familia de Beatos. También las tradicionales tablas genealógicas son de un tipo especial, asociadas más a Biblias que a Beatos. A pesar de estas anomalías del comienzo, el estilo es el del resto del manuscrito.
Está considerado como uno de los últimos ejemplares de la escuela de Magius, pero su estilo es mucho más esquemático y muestra en sus imágenes un mayor nivel de abstracción. Las figuras tienen un canon más alargado de lo habitual en la miniatura mozárabe y centra el interés iconográfico en las líneas paralelas que refuerzan su sensación de esbeltez, produciendo un extraño efecto visual en composiciones de carácter absolutamente plano.
Tanto las vestimentas de sus personajes, como ajuares, mobiliario y edificios, reflejan las costumbres de la alta edad media española, así como algunos instrumentos musicales de esa época. También las armas y los arreos de las cabalgaduras son heredadas de la España visigoda.
El Beato de Seo de Urgel es un eslabón intermedio, atípico y muy original, dentro de esta familia de copias del Comentario al Apocalipsis iniciada por Magius en el reino leonés, pero en un estilo en que se empieza a vislumbrar la transición al románico.