El Beato de Valcavado es también conocido como Beato de Valladolid ya que, tras la expulsión de los jesuitas en 1767, fue trasladado a la Biblioteca de esta Universidad donde se conserva desde entonces. Ha sido atribuido al monasterio de Valcavado (Palencia) porque fue visto allí en 1572 por el bibliógrafo de Felipe II, Ambrosio de Morales. Sin su testimonio no se hubiese asociado nunca con Valcavado porque no hay ninguna confirmación de que fuera escrito y pintado allí.
Un acróstico repetido en dos folios declara que perteneció al abad Sempronio. También se nos informa que fue pintado por Obecus y la fecha en la que se elaboró: del 8 de junio al 8 de septiembre de 970.
El códice está compuesto por 230 folios escritos e iluminados a los que habría que sumar otros 14 desaparecidos. Aunque hay desacuerdo en cuanto al número de personas responsables de la redacción, parece claro que solo Obecus fue responsable de las 87 escenas ilustradas.
El manuscrito se inscribe dentro de la reforma leonesa iniciada por Magius. Existe una estrecha coincidencia entre los patrones decorativos empleados en los marcos de las ilustraciones en este Beato de Valcavado y en el Beato Morgan. Se trata el espacio con un fondo a base de bandas de colores de espesor irregular y Obecus concibe las figuras tal como lo hace Magius: esencialmente planas y envueltas en atuendos de brillantes superficies polícromas, aunque en su diseño es menos diestro.
Tiene una especial expresividad a través del uso de figuras en posturas activas y la introducción de escenas dramáticas, como la representación de la adoración del ídolo y Los tres hebreos en el horno. Algunos detalles parecen evocar el ambiente oriental de la historia de Daniel, como el siervo con un abanico en la escena del Festín de Baltasar o las posturas semirreclinadas en un trono-diván de Baltasar y Nabucodonosor.
Ciertamente se trata de uno de los manuscritos más interesantes de la miniatura mozárabe de la segunda mitad del siglo X e incluye a Obecus dentro del grupo de los geniales iluminadores de esa época capaz de dejar su propia impronta.