Beato Morgan o de San Miguel

El Beato Morgan es la más antigua Copia completa conservada. Contiene 300 folios y el original se encuentra en The Morgan Library & Museum de Nueva York.

Fue iluminado por el monje Magius o Maius para un monasterio dedicado a San Miguel, identificado como San Miguel de Escalada porque, en algún momento, el Beato Morgan estuvo en Escalada. Expertos como John Williams cuestionan que Magius lo realizara allí, ve más probable que lo hiciera en el Scriptorium de Tábara para el cercano monasterio de San Miguel de Moreruela, fundado también por San Froilán por las mismas fechas que el de San Salvador de Tábara.

El colofón incluye la fecha cifrada de 926, pero parece haber sido cambiada porque presenta una raspadura en el pergamino. Las características de sus iniciales y estilo numérico indican que se realizó a mediados del siglo X.

La calidad y el nivel artístico alcanzado en esta obra por Magius implica una experiencia anterior en la producción de manuscritos. En palabras de Williams: Nos ofrece un magnífico despliegue del esplendor visual de la cultura manuscrita prerrománica de la península.

Rompe radicalmente con el estilo precedente si se compara con otros Beatos anteriores, más cercanos a lo que debió ser la obra original de Beato.

En el Morgan comienzan a utilizarse marcos en las ilustraciones, que ya aparecen cubriendo la página entera, incluso por primera vez en la historia de libros ilustrados, a doble página. Las figuras se colocan sobre un fondo de bandas polícromas que caracteriza el denominado “estilo mozárabe” de iluminación.

Pero su estilo contiene elementos que superan los límites habituales del denominado “arte mozárabe” desarrollado por los cristianos hispánicos que vivieron en territorio musulmán. Fue en la cultura artística del norte de Europa donde Magius se inspiró para su reforma del Comentario, especialmente en manuscritos procedentes de la Abadía de San Martín de Tours.

Añadió nuevos temas en una expansión iconográfica que fue posible gracias a la tradición de la ilustración bíblica, inventada por su contemporáneo Florentinus del monasterio de Valderánica, autor de la Biblia de León de 960, el único que podía rivalizar con Magius como un revolucionario escriba y pintor.

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